Las personas desgraciadas se tiran un pedo y se cagan encima, sin poderlo evitar.
Los cobardes y los pesimistas no se lo tiran por miedo a cagarse, se mueven despacio, están llenos de su propia mierda. No me fío de aquellas personas que se tiran un pedo y disimulan tosiendo o mirando para otro lado. Los engreídos se tiran un pedo y lo embotellan. Los miserables o poco generosos no se tiran un pedo por miedo a que el culo se les gaste. Los impúdicos se tiran un pedo y se descojonan. Los artistas de pacotilla encuentran en sus propios pedos el sonido perfecto y se repiten a sí mismos una y otra vez. Los hippies y los ecologistas se tiran un pedo y no le hacen ningún caso. Los educados al tirarse un pedo se justifican y piden disculpas.
¿Y los que no pueden tirarse pedos sonoros? Los peores, los invisibles.
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